El cerdo es uno de los animales más comercializados para el consumo en España, de él se aprovecha prácticamente todo, bien sea para consumir en fresco o para la elaboración de embutidos.
Cuando compres carne de cerdo debes prestar atención a su color; debe ser de un tono rosa pálido y la grasa blanca y firme (si la carne es de color rosa oscuro quiere decir que proviene de un animal viejo). Si es de cerdo blanco su carne es más magra y con menos contenido de grasa, la carne del cerdo ibérico es más rojiza, más consistente y más sabrosa.
No se aconseja guardarla en la nevera durante más de dos días. A la hora de prepararla, a diferencia de otras carnes como la ternera o el buey, la carne de cerdo tiene que consumirse bien hecha (ya sea a la plancha, al horno o cocida), no debe servirse con partes sangrantes. A continuación veremos algunas de las partes más consumidas:
– Cinta de lomo: se vende fresca o en adobo para preparar a la plancha o bien al horno, es una de las piezas más consumidas, ya que su precio es asequible.
– Solomillo: es la parte del cerdo más magra y tierna y por ello la más apreciada, resulta deliciosa preparada en sartén al horno o guisada.
– Chuletas: habitualmente se comercializan las de cerdo blanco y pueden ser de riñonada o de aguja, ambas igual de tiernas.